(by Silvia)
Asumimos como punto de partida que la lectura
es el resultado del despliegue de procesos cognitivos diversos, pero también es
una practica social que entra en relación dialéctica con esos procesos
modificándolos, desde una perspectiva sociointeractivista, de manera sustantiva
Partimos de la base de que en el seno de lo
social, existen distintas comunidades de lectura. Estas, en virtud de los
procesos de fragmentación social relacionados con recorridos sociales
diferenciados de los distintos actores (años de estudio, procesos de
aprendizaje diferentes, culturas, etc.), conciben y practican la lectura de
manera diferente.
El aprendizaje de la lectura, especialmente la
comprensión, forman parte de cualquier programa educativo en la etapa de
aprendizajes básicos de las escuelas
primarias de Bolivia y se asume que los docentes de los distintos niveles del
sistema constituyen distintas comunidades de lectura con representaciones
diferentes de lo que supone leer. Sin embargo este tópico de enseñanza
aprendizaje queda muchas veces relegado en la aplicación dentro del aula en
horas de clases. Peor aun, el tiempo dedicado a las actividades de lectura, que
se cree es suficiente “dentro de lo posible”, no garantiza que el alumno
alcance un nivel de proficiencia en este campo tan esencial que permite
alcanzar los objetivos de otras áreas.
La lectura es cuando menos un requisito
indispensable en el proceso de enseñanza aprendizaje de otras asignaturas y es
mas en el momento de exigir una retroalimentación del alumno en el proceso E-A.
Cabe hacer una aclaración en este punto pues al igual que las matematicas, la
lectura no encuentra su carácter útil hasta que se realiza en la vida cotidiana
(lectura de periódicos, libros, revistas, foros y otros medios de transmisión
de la información). Luego la lectura se convierte en una herramienta que
permite al individuo comprender lo que el autor quiere transmitir con su
escrito. Por el contrario, la lectura carece de utilidad cuando solo se limita
a la acción de descifrar “simbolos” agrupados en palabras.
La lectura de comprensión es sin duda el
objetivo al que se debe apuntar, puesto que resulta de mayor utilidad para el
niño que la lectura ensimismada en el proceso de reconocimiento de silabas
“incrustadas” en palabras y luego en oraciones sin un sentido global de la
información que el autor del escrito trata de transmitir.
Aunque la primera instancia de la enseñanza de
la lectura, es la lectura plana de textos, el objetivo final al que se debería
apuntar es la lectura de comprensión. Según Piaget normalmente un niño de 7 a los 12 años es capaz de
manejar conceptos abstractos y de establecer relaciones, el niño trabajara con
eficacia siguiendo las operaciones lógicas, siempre utilizando simbolos
referidos a objetos concretos y no abstractos, con los que aun tendrá
dificultades.
Por esta razón, el niño trata de realizar una
lectura plana del texto sin darle un valor global a la información, mucho menos
una abstracción de los puntos importantes del escrito. De ahí preguntas como
¿Cuál es la moreleja del cuento?, con las que se trata de explicar y orientar
la comprensión de un tema de lectura seleccionado por el educador para que el
educando lo entienda cabalmente. Por lo expuesto con estas situaciones, se
puede diagnosticar que la lectura de comprensión necesita actividades que
refuercen el trabajo que el profesor de primaria realiza en el aula.